Pues qué contaros que no sepáis ya a estas alturas, parece que los basses van moviéndose por las capas altas del agua.
Una vez más nos decidimos a ir a Garcia de Sola, a por los bassetes. Como siempre quedamos en el km.47 de la N-V a tomar un cafelito y salir rápidamente para el pantano, en esta ocasión eran las 4.30am.
Después de los fríos días de invierno, llevaba ya varios días con un tiempo esplendido esta tierra, hasta casi los 30ºC hizo alguno de los días anteriores a nuestra visita.
Llegamos al pantano y estaba a tope, prácticamente lleno...¡qué pinta!
Comenzamos la mañana cerca de donde botamos la barca y yo, el que os narra, fui el primero en estrenarme con este bassete de kilo y medio.
Os podéis imaginar, el primer sitio que tocamos y un ¡pezaco! yujuuuuuu
Continuamos en ese mismo lugar y sacamos algunos pequeños, pero la sorpresa del día iba a llegar de mano de nuestro amigo LuisMi, 2.440gr, ¡brutal! Hembra paseando en busca de un buen nido para realizar su puesta.
Continuamos sacando algunos pequeños de vez en cuando hasta que enganché mi señuelo en un árbol y tuvimos que acercarnos para soltarlo, momento que aprovechó nuestro coleguita Raulete para engañar a otro kilero.
Y al ratito...¡otro, qué tío! aunque éste más pequeño.
¡Y por fin! Galindo se estrenaba después de haber estado practicando algunos métodos de pesca un tanto extraños...aunque no del tamaño deseado...jeje ¡aupa Galindo!
Paramos a comer después de una excitante mañana de picadas y alegrías y aprovechamos para hacer un poco de fotografía de la explosiva primavera en tierras extremeñas.
Después de unos buenos bocatas, nos dispusimos de nuevo a darles caña, en esta ocasión fue Raulete el que engañó a otro bass nada más empezar.
Y al ratito, en esa misma orilla...era yo el que tenía suerte esta vez.
¡Y cómo no! nuestro querido LuisMi empezaba a dar guerra de nuevo con sus capturas, otro torpedito.
Ya eran las 7pm y esto pintaba muy bien, se movían a superficie y pusimos señuelos para tal fin, en esta ocasión fue Galindo el que empezaba a tener suerte.
En ese momento tuvimos una incidencia con el eléctrico, perdimos el bulón de la hélice, lo que nos hizo improvisar para repararlo utilizando el palo de un anzuelo. Parece que funcionaba de momento.
Galindo repitió, ¡qué bien se le da lo de la superficie! jejeje
Después de esto, 8.45pm, el remiendo que habíamos hecho en el motor eléctrico se volvió a romper, momento en el que dimos por terminada la jornada y nos volvimos para casa.
Un día de los buenos, muchos basses, buen tiempo y una compañía inmejorable.
Hasta la próxima a todos.
Javi
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